Gallo Indio y Pardo
Dos razas criadas desde hace siglos en el entorno del valle leonés del Curueño con el fin de aprovechar las plumas del cuello y el dorso de los machos para elaborar anzuelos de tipo mosca ahogada destinados a la pesca deportiva de la trucha, principalmente. Se cría de manera tradicional, con las aves alojadas siempre en corrales abiertos o vallados, al aire libre.
Agrupan ejemplares de porte armónico y vigoroso, con la cabeza fuerte, alta y derecha, de tamaño mediano, de largas y abundantes plumas en el cuello, el dorso y la cola.
El color más habitual del plumaje de la raza india es la gris con reflejos azulados, con variaciones blanco gris, rojo, marrón y negro. El gallo pardo de León presenta también muchas variantes, derivadas del color del plumaje y de las de marcas en las plumas, con hermosas denominaciones como corzuno, sarrioso, aconchado, rubión, langareto o flor de escoba. Esta variedad de colores permite la confección de moscas para la pesca específicas para su uso en diferentes meses del año y situaciones climatológicas, configurando un valioso patrimonio cultural.
Estas razas se encuentran principalmente en los municipios leoneses de La Vecilla y Valdepiélago, con poblaciones en peligro de extinción.